Meditaciones sabatinas

¿Por qué tiene un dominicano que alegrarse de que estemos mal en educación, o en delincuencia o en institucionalidad? Por el contrario, debería indignarse y comenzar a aportar su granito de arena para cambiar esas realidades.

Se puede entender que los políticos usen estas situaciones para clavarle una banderilla al gobierno de turno. Eso es parte del juego político, pero, ¿por qué solo acusar y no proponer soluciones? Los partidos de oposición llegan al poder cuando son propositivos, no solo críticos. La credibilidad de un partido se obtiene del análisis correcto de la realidad y de las propuestas para cambiar.

En el ciudadano común se puede aceptar que sus condiciones materiales de existencia nublen su perspectiva de las cosas, pero no a un líder, ya sea político, de opinión o religioso.

Igualmente, ¿por qué alguien que cree en Dios tiene que demonizar al que milita en otra religión? El caso es más grave cuando ambos son cristianos, pues si creen en el mismo Dios, adorarlo desde diferentes perspectivas no debe ser motivo de encono.

Solo para pensar.

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