Miriam Germán

De la magistrada Miriam Germán no hay que hacer una apología: ella la ha hecho durante toda su vida con su ejercicio honesto de la judicatura.

Ella encarna el espíritu de la justicia, que tiene una venda en los ojos “para dar a cada uno lo suyo” sin saber si es amigo o enemigo.

En estos días han querido descalificarla con un chisme anodino que, en verdad, la realza aún más ante los ojos de la comunidad nacional. A la persona que se le liga, cuando tuvo la oportunidad de juzgarlo, votó para que fuese declarado culpable. Es decir, en ella lo que prima es el espíritu de justicia. Ella es “amiga de Platón pero más amiga de la verdad”.

Por tanto, ella no debe descalificarse de antemano para conocer el juicio más importante de la historia republicana. Si las cosas ocurren como deben ocurrir, este será para la corrupción y la impunidad vigentes, lo que fue el “juicio de Nuremberg” para los nazis asesinos.

Además, no puede hacerlo porque no ha sido apoderada de nada todavía.

Confiamos en que cuando llegue ese día, la magistrada Germán tomará su toga y ofrendará de nuevo su espíritu de justicia a la Patria.