Ojalá seamos conscientes

La gran consecuencia de esta pandemia del COVID-19 es que lo ha puesto todo patas arriba, que ha cuestionado hasta nuestras creencias más profundas y las apuestas que parecían más seguras en todos los campos.

Ahora nos damos cuenta de que hemos estado jugando con los cartones equivocados, e invirtiendo nuestros recursos no tan sabiamente como creíamos, que había alternativas.

Lo único seguro es que el mundo cambió y que ante ese cambio nos adaptamos o morimos. Cambiamos el modelo económico, o estaremos siempre a merced de la incertidumbre. Modificamos el sistema de atención médica o viviremos siempre al albur de la próxima pandemia. Fortalecemos la institucionalidad y el orden ciudadano o no tendremos capacidad social para enfrentar los retos del cambio.

Ahora nos damos cuenta del tiempo que hemos perdido por no establecer un orden racional de prioridades nacionales. Nos concentramos en el ahora, en lo anecdótico y nos olvidamos de la sociedad que debíamos construir para el futuro. Ojalá seamos conscientes del reto porque no hay otro camino.