Orgullo barrial
Los más viejos recuerdan con alegría el sentido de orgullo que sentían los habitantes de los barrios y campos del país por tener sus modestas casas pintadas y las aceras y las calles limpias y relucientes.
Lamentablemente, por diversas razones, ese orgullo se ha perdido y hoy vivir en un arrabal da igual que mantener el hogar y su entorno en el mejor estado.
Antes, las casas las pintaban con cal, y las calles de tierra eran mojadas constantemente para controlar el polvo. Hoy, la basura es el adorno frente a las casas, descuidadas las más.
Se dirá que es muy costoso mantener una casa hoy en buen estado, pero ahí entran el “arte de la asociación” tan característico de los pueblos que sobrepasan el subdesarrollo. Esa es una tarea para las juntas de vecinos que pueden allegar recursos para ayudar a los moradores a mejorar su ambiente. Se trata de orgullo, de dignidad, de vivir “como la gente”. Ojalá recuperemos ese sentimiento tan hermoso en nuestros barrios y campos.
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