Para gobernar bien

Gobernar a una nación es como una carrera de obstáculos, en la cual el corredor, es decir, los gobernantes, va a encontrar numerosas complicaciones que demandarán agilidad, conocimiento, planificación y valentía.

También una fuerte dosis de voluntad para no decaer en el esfuerzo.

El corredor-gobernante encontrará obstáculos fáciles de vadear, pero ello no debe hacerle descuidar contra otras trampas en el camino. También encontrará obstáculos que requerirán de todas sus habilidades para sortearlos y en otros necesitará de valentía para enfrentarlos.

El corredor-gobernante necesitará, sobre todo, planificar muy bien su carrera para conservar energías para el final cuando las fuerzas lo abandonan y el cansancio nubla la mente y la puebla de fantasías.

Gobernar no es repartir el bien y el mal sino poblar de bien a la comunidad a la que se sirve y para ello se debe tener conciencia clara de los objetivos de la nación a largo plazo.

Gobernar es preservar lo bueno y dar confianza de que nos espera un futuro mejor para todos.