Un día perdido

Las festividades religiosas tienen poca razón de ser en una sociedad laica.

Las festividades religiosas son para celebrarse en los templos, a cargo de los feligreses, y en sociedades cada vez más escindidas por diferentes razones, cada día más personas tienen razones para no prestarles atención.

El “día de los santos reyes” es una tradición que se puede celebrar perfectamente sin que se le dedique un día festivo. La mejor prueba es que el desfile de reyes se celebra con entusiasmo sin declarar el día de asueto.

Peor aun, cuando el feriado no corresponde al día de la fecha, como acaba de ocurrir.

Perder un lunes, inicio de la semana laboral, sin que nadie entienda el sentido de la celebración, es una demostración de que es algo que se debe corregir.

Los días feriados deben tener significación para toda la población: el día del trabajo, de la independencia, de Duarte, la Restauración, la Constitución, pero mantener contra la naturaleza de la sociedad moderna fiestas que han perdido su valor, es tonto e improductivo.