¿Una ciudad para quién?

Cuando se observan los trabajos que se realizan en la ciudad de Santo Domingo y otras urbes nacionales se nota inmediatamente el contraste entre lo que se invierte para facilitar el uso de automóviles y lo poco en el peatón.

Todo el mundo aplaude que tengamos calles bien asfaltadas, y que se reparen cada cierto tiempo, pero nadie toma en cuenta que esas mismas calles prácticamente no tienen aceras por donde la gente pueda caminar para realizar sus diligencias o simplemente hacer ejercicios.

El Ministerio de Obras Públicas está embarcado en un proyecto para facilitar el tránsito, ampliando la posibilidad de acceso a las esquinas, pero debiera existir un plan similar que facilite el tránsito peatonal. Para ello se necesitan dos aspectos principales: una nueva normativa sobre las aceras. Esta ciudad tiene más habitantes y más densidad poblacional. Se necesitan aceras más anchas y más niveladas. Y segundo, eliminar los postes de luz soterrando los cables eléctricos y de teléfonos.

Construyamos una ciudad más amiga del peatón.