Virtud doméstica

Un gran periodista cubano explicó en una frase la forma más efectiva de evitar la intromisión extranjera en los asuntos internos de una nación: “contra la injerencia extranjera, la virtud doméstica”.

Es que la bandera del nacionalismo no puede ser utilizada solamente para proteger a delincuentes. El nacionalismo debe ser una doctrina que promueva el funcionamiento de las instituciones propias y cree las condiciones para la armónica vida social.

Cuando una persona o un país ofrecen las condiciones para que le llamen la atención desde fuera, el que tiene que revisarse es la persona o el país, y no bastan las protestas si no hacemos el esfuerzo deliberado por mejorar lo que se nos critica.

El embajador de los Estados Unidos podrá estar equivocado en algunas de sus apreciaciones, y hasta en el tono arrogante de su discurso, pero dijo varias verdades que no podemos ocultar y que, lamentablemente, no parecen preocupar a los líderes del país.

Opongamos la virtud doméstica a la arrogancia de los interventores.