El acuerdo básico

De acuerdo al derecho clásico, para que exista un contrato de venta tiene que haber un acuerdo sobre la cosa y el precio.

Para que haya un acuerdo básico en una sociedad tiene que haberse aceptado la cosa (es decir, el objetivo a obtener) y el precio a pagar.

En la sociedad dominicana no existe problema alguno en que no podamos ponernos de acuerdo sobre el objetivo a obtener y el precio a pagar.

Ejemplos: el problema eléctrico. Todo el mundo sabe cuántos megavatios hay que instalar y cuánto cuesta instalarlos. No es difícil establecer cuál combustible utilizar o el método que sea más amigable al ambiente. Es un asunto de que todos los que aspiran a llegar a la presidencia aprueben un plan a 20 años, por ejemplo, para resolver el problema.

El tránsito: Solo hay que hacer cumplir la ley. Se sabe que los sindicatos incidentarán todo, pero si la oposición (que debe dejar de pescar en río revuelto) y el gobierno se muestran firmes, nada va a pasar.

El problema, como decía Bolívar, es que no hay buena fe en América. Nuestros líderes, políticos o empresariales, no confían en el otro. Siempre esperan el engaño, pero quizás ahora como todos son empresarios y políticos haya la oportunidad de lograr un acuerdo básico porque si las cosas siguen como van todo se irá a la ruina.

Este acuerdo básico es fundamental para los demás acuerdos en sectores específicos. El acuerdo político parirá los demás. No al revés. Guarocuya tiene razón.

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