El despertador

Contrario al mensaje de optimismo de muchos dirigentes empresariales criollos, la apertura de Cuba es una llamada a despertar a la clase económica nacional, para dejar las cómodas posiciones de antaño, y ponerse a trabajar.

La apertura de Cuba tendrá notables repercusiones sobre el país, porque la atención del mundo se dirigirá hacia esa nación, y con ella, los capitales que se necesitan para desarrollarla nuevamente.

El turismo nuestro podría ser el menos afectado, porque prácticamente todo el sector está en manos de extranjeros que tienen intereses también en Cuba, por lo que la posibilidad de destinos compartidos es una realidad.

En materia de tabaco, aunque los nuestros sean actualmente mejores cigarros que los cubanos, el prestigio se impone, y nos robarán gran parte del mercado, y lo mismo pasará en otros renglones de la actividad económica.

Que no perdamos más dependerá de la actitud que tomen nuestros empresarios y el Gobierno, mejorando el clima de inversiones. Si seguimos durmiendo, el despertar puede ser duro.