El Espía

La noche de anoche fue de mucha expectativa en el Palacio Nacional, porque cuando los periodistas recogían los bates, un altísimo funcionario les dijo a lo Bo Canel, “no se vayan, que esto se pone bueno”. No conforme, agregó más emoción al asegurar que venía un tsunami. Para más misterio, gran parte de la noche estuvo lloviendo, con truenos y relámpagos, y cuando por fin llegaron los decretos, en un principio hubo algo de desazón entre los muchachos de la prensa, porque no vieron algunos de los nombres que están en boca del pueblo. Pero quedó el consuelo de que un alto cargo aseguró que todavía hay “más comida” para la prensa.