El Espía

El Palacio Nacional tiene un aire ecológico y medio ambiental en estos días. Sólo se habla de bosques y minas, y una prueba es que ayer, mientras Rodríguez Marchena tragaba en seco al anunciar que Danilo había "tumbado" lo de Bahía de las Aguilas, en ese momento el Embajador de Canadá en el país penetraba al despacho presidencial: Se puede asegurar que no fue a hablar del trabuco que han armado los Azulejos de Toronto con una gran cantidad de dominicanos, y a su salida, los periodistas, seguros de que cabildeaba lo de la Barrick, lo persiguieron, pero el hombre, cual disco rayado, repetía: "No declaración... no declaración".