El Espía

Los pleitos parecen estar dentro del código genético de la mayoría de los dirigentes perredeístas, y de quienes nacieron en ese litoral político. Los priístas, hijos del PRD, tuvieron una reunión para tratar de "reunificarse". En principio, Trajano Santana "pidió cacao", pero luego tomó aire, y puso como condición que le fuera entregado el local nacional "bajo inventario". Estuvieron a un tris de terminar con sillas en manos, ya que Julio Jiménez le acusó de pepehachista y Santana de irrespetarlo y buscar el padrinazgo del gobierno. Por suerte que las sillas no eran alquiladas.