Guía turbo para convertirse en político exitoso

Hablamos de la Guía para el avispado, oportunista persuasor que metamorfosea su imagen ante todo mundo conforme a sus intereses, ambiciones y necesidades...

¿Está interesado en convertirse por la vía rápida en un político de éxito? Y cuando hablamos de político exitoso entendámoslo en su sentido menos noble: No nos referimos al humano altruista, con auténtico sentido y vocación de servir desinteresadamente, para añadir bienestar a los congéneres y a la sociedad, dando expresión a los postulados más altos de la política como arte y ciencia. No. Hablamos de la Guía para el avispado, oportunista persuasor que metamorfosea su imagen ante todo mundo conforme a sus intereses, ambiciones y necesidades para ser, más que aceptado, sobre todo lograr ser creído, apoyado, seguido, ayudado, colaborado y hasta obedecido. Si acaso por pudor, sentido ético, respeto a usted mismo y a los demás le revuelve la idea y declina su interés, al menos le será útil conocer los pasos y elementos de esta Guía, a fin de prepararse o prevenirse de no caer en las sutiles trampas, técnicas y poses de los muchos políticos que sí ya dominan estas dudosas competencias. Examinemos pues en forma de consejos y directas recomendaciones el Manual “turbo”:

• Entérese de todo lo que desea y aspira la gente. Estudie las ambiciones, las esperanzas, las desilusiones e inconformidades de sus conciudadanos y trabaje en cómo convertirlas en parte de su discurso.

• Cree su imagen pública y véndala. Construya y haga conocer sus cualidades y virtudes y mantenga en el más bajo perfil su conducta privada, sobre todo la que revela su lado desagradable o deleznable.

• Familiarícese y entrene con los términos de más uso en la arena político social. Escuche los programas de comentarios radiados y televisados o “talk shows” más combativos y asertivos y sus poco más de tres docenas de frases y términos ingeniosos que producen algún efecto en el público.

• Escoja el enemigo o enemigos con los que le convenga disentir o confrontar. Comprenda que es necesario tener antagonistas: alguien a quien culpar de los males que aquejan a los individuos o la sociedad. Si no tiene o no los identifica, desígnelo y satanícelo. El político sin confrontados no prende, no produce encanto, ni es notado.

• Recuerde difamar: cree, edite, distorsione, amplifique, malas conductas y hechos objetables: siga el consejo del Espíritu Tenebroso: “difama, difama, que algo queda”.

• Desarrolle su habilidad histrionisa: aprenda a actuar, a fingir preocupación, interés, pena, solidaridad, simpatía, laboriosidad, honestidad, pulcritud, indignación, en forma que luzca natural, espontáneo, sincero.

• Dentro de sus habilidades histriónicas no deje fuera la “cara de jugador de póker” con la que, ante cualquier inconsistencia, contradicción, ataque de sus opositores y adversarios o finalmente, si es “desenmascarado” pueda mantener un rostro impasible, sin gestos, ni cambio: un rostro pétreo, que no revele los sentimientos o emociones que no desea revelar. Practique frente a un espejo sus poses y gestos.

• Aprenda a usar el dinero y recursos de los demás para que trabajen a favor de usted: Sus ideas, programas, proyectos e intereses. Pida y aprenda a pedir sin ofrecer nada concreto a cambio, salvo sutiles intenciones o sugeridas promesas genéricas

• Cada vez que realice un acto u obra de bien social, aún sea su deber u obligación, o parte de su trabajo, anúnciela, difúndala, haga que sea lo más conocida, por todo el mundo. Las notas de prensa, los vídeos y las fotos realizando buenas obras o ayudas consolidan su imagen política de benefactor. Cacaree su huevo.

• No deje de ganarse o reclutar a uno o varios ciudadanos de buena reputación, con algún aura de seriedad u honestidad, pues le ayudarán, con su trabajo y conducta, a ganar credibilidad.

• Tampoco olvide contar con algunos incondicionales que se encarguen de los trabajos sucios: Unos para inventar y propagar mentiras, infundios, exageraciones, distorsiones y mitos de personas y asuntos; otros para amenazar, sea sutil o drásticamente a quien le haga sombra o se interponga en su camino. Finalmente, y ya cuando arranque con algunos buenos resultados en su meteórica “carrera” recuerde tener a su “hombre del maletín”, para suavizar posturas en su contra, ocultar evidencias y antecedentes que puedan dañar su creciente buena imagen o ganar adeptos y favorecedores, aún sean circunstanciales.

• Aprenda a moverse con los vientos y actuar conforme a las circunstancias. Hágase también filósofo y recuerde la máxima de Heráclito de que “Todo cambia y lo único que permanece es el cambio”. Tenga buen estómago y fuerza de cara para donde dijo digo ahora diga Diego.

• Al saber moverse con los vientos, tome en cuenta que las lealtades no son incondicionales ni eternas: calcule a quién apoyar y favorecer y cuándo cambiar de dirección... o de barco, según le convenga.

¿Listo para subirse? Si comprendió las consejas de esta Turbo-Guía y puede aplicarlas ¡Adelante! Tan solo una observación: ya hay una extensa fauna de políticos en nuestro país que llevan años practicando estas habilidades y hasta han desarrollado otras nuevas. El campo está muy competido. Pero, empuje y haga espacio, si puede... Buena Suerte.