Hipólito y Luis: ¿en serio?

Los que han leído mis escritos saben que no creo en los moralismos que buscan con “honestismos” solucionar todos los males de una nación cuando lleguen los ángeles de mi partido a gobernar el país. La política es demasiado compleja, llena de matices para limitar la visión a blanco o negro. Mas bien, esos moralismos suelen proyectar su propia culpa y carencias en los demás. Ahora bien, sí creo firmemente que uno de los principales pilares del buen gobierno y la vida pública, es el componente ético.

Cuando leí en los medios la apuesta millonaria del Sr. Santiago Hazim, coordinador del sector externo del proyecto presidencial de Luis Abinader, sobre la cantidad de votos que sacaría su candidato respecto a la cantidad de votos que obtendría Hipólito Mejía en las primarias del PRM, honestamente pensé que el mismo Sr. Hazim saldría a aclarar su mensaje como una típica expresión nuestra de los dominicanos cuando estamos seguros de algo. En efecto, decimos con frecuencia “apuesto a que tal o cual situación se decide en tal dirección” para confirmar nuestra seguridad y certeza sobre algunos temas. Incluso es común entre amigos las apuestas fraternales, como una forma de no importa quien gane, al final se trata de disfrutar el momento y quien “pierde” (así entre comillas) paga con gusto la cena, la cerveza o el vino que representa el triunfo del amigo adversario.

Al ver su silencio, pensé, qué gran oportunidad tiene el equipo de Hipólito Mejía de salir con una respuesta inteligente “nosotros no jugamos con el futuro de este pueblo” o “no somos una banca de apuestas, somos un proyecto para transformar este país con mentalidad de banca de apuestas”.

Oh Dios, no solo aceptaron la apuesta, sino que la triplicaron.

Los que han leído mis escritos saben que no creo en los moralismos que buscan con “honestismos” solucionar todos los males de una nación cuando lleguen los ángeles de mi partido a gobernar el país. La política es demasiado compleja, llena de matices para limitar la visión a blanco o negro. Mas bien, esos moralismos suelen proyectar su propia culpa y carencias en los demás. Ahora bien, sí creo firmemente que uno de los principales pilares del buen gobierno y la vida pública, es el componente ético.

Justo de esa mentalidad de casino en la vida nacional es que estamos cansados.

Justo por esa visión mercurial, obscena, superficial es que marchamos de verde a partir de enero del 2017.

Justo por esa desconexión con la gente, con el pueblo, es que la clase política ha perdido prestigio y credibilidad.

Justo porque estamos necesitados del fortalecimiento de nuestro proyecto nacional para que sea capaz de insertarse exitosamente en lo global, captar nuevos mercados, nuevos inversionistas y alianzas comerciales.

Justo porque nuestra debilidad institucional ha sido complaciente con el detentador del dinero y el poder es que queremos “The Rule of Law”.

¿Qué mensaje le dan a nuestro pueblo si los que aspiran a ser clase gobernante operan como fenicios en un bazar?

¿Qué le representa esa apuesta a la mujer que se levanta a las 4 de la mañana y tiene que tomar 3 sistemas de transporte para llegar a tiempo a su trabajo?

¿Qué le representa esa apuesta, a la pareja de clase media que trabaja de sol a sol para echar adelante una familia?

¿Qué le representa esa apuesta a la madre soltera que tiene su hijo enfermo, mientras tiene 2 entregables atrasados en la oficina?

¿Qué le representa esa apuesta al empresario que tiene la obligación y la convicción de producir riquezas a través de la transformación de bienes y servicios para la creación de valor y para ello, trabaja innumerables horas, a veces hasta sacrificando tiempo con su familia?

¿Qué explicación puede dar la maestra de escuela a sus alumnos sobre la importancia ciudadana de esa apuesta, cuando estos quizás están sentados allí, con el estómago vacío?

¿Qué le dirá la enfermera al paciente en cama, debatiéndose entre la vida y la muerte, que los equipos políticos de los dos líderes de mayor arraigo popular del principal partido de oposición se debaten en una apuesta millonaria sobre los números de las encuestas?

Puro machismo político dirían algunos. Mucha expresión de carencia dirían otros.

Pues de algo estoy seguro, no me imagino los equipos de don Antonio Guzmán Fernández y de don José Rafael Abinader realizando una apuesta similar en 1978.

Por favor, los dominicanos nos merecemos más, mucho más. Mientras algunos apuestan, otros trabajamos para unir al país y para levantarlo.

Nelson Espinal Báez Associate MIT - Harvard Public Disputes Program at Harvard Law School. Presidente Cambridge International Consulting.