Reestructuración+hacer lo mismo=pérdida segura
Las deudas se han amontonado, los intereses ya son más que el capital, la credibilidad está perdida. En estos casos, muchos queremos hacer lo mismo que siempre hemos hecho, y esta es la fórmula del fracaso.
En el artículo pasado hablamos de los problemas de dinero en el negocio, haciendo referencia a la ley de Reestructuración Mercantil. Ahora trataremos sobre cómo debemos afrontar la reestructuración y las dificultades económicas en el negocio, o hasta personalmente.
Es lamentable que los primeros ciegos ante las dificultades económicas, somos los mismos afectados. Nunca reconocemos que tenemos estas situaciones y siempre creemos que el próximo negocio nos resolverá el problema. Esta situación nos lleva a que nuestra situación se profundice cada vez más y que sea cada vez más difícil salir de ella.
Cuando afrontamos a tiempo una situación económica, las soluciones son menos extremas y menos dolorosas. Todavía tenemos credibilidad en los bancos, con nuestros suplidores. Los activos del negocio todavía existen, no nos los han embargado. Cuando podemos prever la llegada del problema financiero, todo es maravilloso. Sin embargo, en la casi totalidad de los casos en nuestro país la realidad es todo lo contrario, casi siempre es tarde, muy tarde, y si bien no lo hace imposible, lo hace más doloroso.
Las deudas se han amontonado, los intereses ya son más que el capital, la credibilidad está perdida. En estos casos, muchos queremos hacer lo mismo que siempre hemos hecho, y esta es la fórmula del fracaso. Cuando la situación financiera se torna difícil, debemos hacer cambios en la estrategia, debemos hacer sacrificios.
En estas circunstancias debemos tener claro cuál es el objetivo. Salvar el negocio. Pagar las deudas. Salvar uno o varios activos. Debemos entender que es posible, que no todos nuestros objetivos al buscar reestructurarnos son posibles y que haya que hacer sacrificios. Y tener beneficios.
Un proceso de reestructuración conlleva, normalmente, ingresar fondos al negocio. Posiblemente las formas de ingresar fondos sean aportes de los socios actuales o nuevos, prestamos, o venta de activos. ¿Cómo logro esto?
En muchos casos hemos visto que para mantener el negocio hay que cerrar, vender, cambiar, gran parte del negocio. Esto suena como una paradoja, pero para poder mantener el negocio y reiniciar teniendo beneficios, el negocio puede tener que redimensionarse. Muchas veces los sentimientos no quieren permitirnos que nos separemos de ciertos bienes, pero en el proceso de reestructuración debemos poder negociar con todo, salvo lo que de inicio definimos como esencial, y aun así en las diversas etapas del proceso debemos tener la apertura de replantearnos cada uno de los objetivos. La vida es cambiante, y “mientras se está vivo hay esperanza”, dice el refrán popular. Por eso mantener el negocio vivo es lo primordial.
El proceso de reestructuración conlleva mucha fortaleza de espíritu y convencimiento de que el negocio es salvable. La dedicación y el tiempo a invertir es grande. Desde su inicio tenemos que hacer, por lo menos, un doble trabajo. Continuar manejando el negocio y a la vez resolver las dificultades económicas.
En países desarrollados, existen empresas que se dedican a a reestructurar negocios. En nuestro país hemos visto la participación de profesionales en el salvataje de empresas, tanto nacionales como extranjeros, con diversos grados de resultados.
Basándonos en una frase célebre que se les atribuye a tres grandes, Mark Twain, Benjamín Franklin y Albert Einstein, “locura es hacer lo mismo una y otra vez esperando obtener resultados diferentes,” debemos sugerir que para reestructurar debemos hacer las cosas diferentes. Antes que nada, buscar asesoría. Llevar los dos sombreros, mantener el negocio y reestructurar, es muy peligroso.
Ábrase a nuevas opciones. Busque nuevas formulas. Ideas frescas. Piense fuera de la caja. El sueño que usted tuvo para su negocio puede realizarse en el tiempo, tal vez no de una vez, o tal vez hay que modificarlo. Ninguna idea debe ser descartada sin analizarla debidamente. Saque los números, o haga que alguien se los saque.
Algo que he visto en estos años, es que la gran mayoría de negocios con problemas, no tienen sus números, su contabilidad, al día. La frase atribuida a Peter Drucker, maestro de la administración moderna, que en realidad es de Lord Kelvin, “lo que no se mide, no se puede mejorar,” es un continuo en las empresas en dificultades. Constantemente me encuentro que siempre tienen la contabilidad atrasada o inexistente.
Aun a nivel personal, si usted no sabe lo que está produciendo, no puede saber lo que necesita para pagar. Imagínese que el piloto del avión en el que usted viaja a su destino deseado, lo hace sin instrumentos, sin información. ¿Cree usted que llegará?
En este artículo planteamos la pregunta de tus objetivos, y lo recordamos reproduciendo el dialogo de Alicia en el país de la Maravillas:
—Alicia: “¿Podrías decirme, por favor, qué camino debo seguir para salir de aquí?, y el gato responde —“Esto depende en gran parte del sitio al que quieras llegar, y Alicia dice:
—“No me importa mucho el sitio...” y el gato contesta
—“Entonces tampoco importa mucho el camino que tomes.”
Si te importa el destino, recuperar la solvencia de tu negocio, defínelo, y no repitas el camino que has recorrido, hazlo diferente.
raymundo@rjhache.com
@rjhache, www.rjhache.com
@raymundojhachea
Avioneta se estrella cerca de aeropuerto municipal al este de Atlanta; hay 2 muertos
IAAPA realizará Meetup en Punta Cana para fortalecer industria de parques de atracciones en RD
Siete terapeutas de masaje más acusan a Tucker de los Ravens de conducta sexual inapropiada
Indotel logra medida que favorece el servicio de telefonía para los usuarios