Frontera “caliente”

Una frontera es “caliente”, cuando más personas y mercancías, legales o ilegales, se mueven a través de ella. Las fronteras se “enfrían” con medidas que tiendan a reducir esos intercambios en las zonas de conflicto.

Nuestra frontera con Haití tiene como puntos “calientes” las ciudades vecinas Dajabón y Juana Méndez, y Pedernales y Anse-a-Pitre, y el paso de Jimaní, el más cercano a la capital haitiana, Puerto Príncipe.

La necesidad de “enfriar” la frontera pasa por medidas a largo plazo (el desarrollo de Haití en todos los órdenes), y otras de corto plazo, como serían mayor control fronterizo, mayor vigilancia policial a ambos lados, control de la corrupción, entre otras disposiciones.

Lo importante es saber que sin medidas efectivas a ambos lados de la frontera, ésta será siempre “caliente”.