Igual que Balaguer

El que dude que Leonel (tres veces presidente y hoy pieza clave del ajedrez electoral) es un político cabal, pecaría de obtuso. No se puede tapar el sol, está capeando el temporal. El mal rato que vivió al salir del gobierno sirvió para acentuar el perfil de quien no se altera ni cuando la casa le viene encima. Flemático, como si imitara a Balaguer, con la diferencia de que no es irónico ni desconsidera adversarios, Fernández está ahí, y obliga a evocar a Quevedo: Un asno viejo sabe más que un potro.