La libertad sin límites

La educación debe preparar para la lucha. La educación jamás debe formar para la resignación. Los problemas sociales, los más difíciles, tienen solución. La cultura de la derrota impone modelos que aceptan el mal y sólo combaten sus consecuencias. El señorito (o señorita) satisfecho de la modernidad desea todos los derechos, pero rehuye casi todos sus deberes. La vida, para ellos, es un viaje en solitario. El mundo es una sabana para galopar sin obstáculos. Libertad le llaman, sin darse cuenta que la libertad humana no puede ser la del animal. La razón impone límites. La libertad sin límites animaliza. hfigueroa@diariolibre.com