La moringa Esa

Tanta ciencia y, al final, una planta lo cura todo. Lo que antes se llevaba la azada, ahora se vende en las esquinas. El médico supremo, Fidel, reflexionó y se hizo la salud. La hoja de moringa pasó, en un santiamén, de yerba a medicina. Las revoluciones sirven para todo, hasta para sacar conclusiones científicas de las infusiones que un patriarca otoñal consume en las tardes de su retiro forzado. La autoridad se la da la eternidad de su poder. El comandante Castro declaró la revolución contra la medicina embotellada. Yo, que nunca le escucho, ahora probaré la moringa esa. hfigueroa@diariolibre.com