La otra palabra

En toda reforma se tiene que tomar muy en cuenta quiénes son ganadores y quiénes pierden con ella, pues de ahí vendrán las mayores resistencias al cambio. Sin embargo, la palabra mágica de toda reforma es "motivación".

Motivación para la reforma y motivación para los que deben apoyarla.

La motivación para la reforma es más que evidente: esta es la misma policía del trujillato, quizás con peores vicios y que ha probado, con la estructura actual que no puede entregar el servicio para el que fue creada: dotar de seguridad a los ciudadanos.

La otra motivación no está en el proyecto de ley presentado ante el Congreso Nacional, y no puede estar, pero se mantiene flotando sobre la cabeza de todos: ¿cómo motivar a los policías para que acepten la reforma?

Evidentemente, que si algo tiene que cambiar rápido en la Policía es el asunto salarial. Esa sería la principal motivación para la nueva conducta que se requiere en la PN. Sin esa motivación, no habrá reforma.