La perfección mayor

La vida humana es lucha permanente por ascender hasta la perfección mayor dable a la especie. La cuesta es empinada y no se logra sin incontables como inesperados retrocesos, estancamientos y progresos. La trayectoria humana no es lineal. La meta es conocida, pero no la ruta. El camino, como dijo el poeta, se hace al andar. El desplazamiento, por vía desconocida, nos depara sorpresas agradables y desagradables. La virtud es luz. El mal, oscuridad. El hombre virtuoso tropieza menos, porque ve. El malvado se cae y hace caer, porque es ciego. La virtud es la perfección mayor. Iluminemos con ella. hfigueroa@diariolibre.com