Los libros del año en cuatro versiones

Los libros están ahí. Hay para escoger...o para desechar. Poesía, novela, ensayo y periodismo literario que anda de moda en el mundo.

Soledad Álvarez es de campo y pista. A doscientos metros planos o a cien metros con vallas, en carrera con obstáculos o de larga distancia, hay que correr sin tregua para darle alcance. Siempre hay que estar en alerta con ella. Lo mismo si le comentas un libro, una película o una serie de Netflix. Es de cuidado. Con buen humor y sin malas vibras, con frecuencia le pone “peros” (que es muy usual) a lo que crees con toda certeza que es un buen filme, pero de igual modo cualquier día te conmina a ver una cinta que te anuncia como extraordinaria. Y así, con los libros. Lectora competente y compleja, te examinará el más mínimo detalle de un texto que puede lo mismo dejarla sin respiración como no alterarla en lo más mínimo. Hay autores que siempre saldrá a buscar a la librería y los hay a los que nunca pondrá sus ojos sobre ellos y sus textos.

Plinio Chahín es un lector especializado. No se va a molestar jamás en acudir a un autor que todos buscan si no responde a sus expectativas. Sabe escoger los libros que disfruta y tiene visión, inteligencia y fogueo para desentrañar todo lo que lee con explícitas maneras críticas. Si le complace un buen libro no se detendrá hasta darte todos los pormenores. Si le hablas de un autor que no le complace, tiene un gesto característico levantando la mano, volteando la cara y dejarte un “puff” como desprecio. Mejor, ni lo menciones. Es lector de armas tomar.

Basilio Belliard es un abrevadero y un lector-catequista. Quiero decir, es una fuente para estar enterado de lo que sale y de lo que saldrá dentro de poco en el mundo literario. Y, también, de los entresijos de muchas historias de las que se esconden detrás de los libros. Y es un catequista de la lectura porque nació para evangelizar sobre la riqueza de ser lector. No hay Martha que lo detenga en su afán de invertir en la lectura. Se muere de hastío y ansiedad si un libro no está en los anaqueles de su biblioteca y comparte con todo el que desee escucharlo –y yo aseguro que vale la pena- los valores, desilusiones, elevaciones y descensos que descubre en un texto. Sus amigos hemos llegado a pensar que vino al mundo para leer y, aunque presume de agnóstico, desearía que hubiese otra vida después de la muerte para seguir leyendo. El paraíso bibliotecario de que habló Borges, tal vez sea su sueño inmortal.

Estas fechas de fin de año sirven para pasar balance. El debe y el haber de la contabilidad vital. Y entre esas cuentas, los libros. Los que debimos leer y no nos alcanzó el tiempo para encontrarlos y dialogar. Los que leímos y abrumaron nuestros sentidos o nos despedimos de ellos sin nostalgia. O aquellos que asumimos su lectura y pasaron a ser lección, escuela, vibración y memoria. Invité a estos tres amigos a compartir sus mejores lecturas de este 2019 que estamos a punto de despedir. No les puse ninguna condición. Un simple WhatsApp y veinticuatro horas para la respuesta. Ningún contacto previo entre los cuatro. Y listas que llegaron casi de inmediato. Podría haber incluido en esta experiencia a otros amigos que son, por igual, excelentes lectores. Preferí enviar la solicitud a Soledad, Plinio y Basilio por resultarme más cercanos y porque tengo la absoluta seguridad de que no tenían que darle muchas vueltas al pandero para entregarme sus respectivas selecciones en corto tiempo. Hay Lectores y lectores. De estos tres, doy fe y testimonio. Anoto: no necesariamente son libros publicados en este año. Pueden ser del año anterior, pero consumidos en el tiempo que en unos días concluye.

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La siguiente es la selección de Plinio Chahín:

“Estar con” (“Be With”), Forrest Gander, Pulitzer 2019.

“Los espacios de la muerte. De Kafka a Chirico y los demás”, Laszlo F. Foldenyi.

“Yo, la isla dividida”, José Mármol.

“Ciudades posibles. Arte y ficción en la constitución del espacio urbano”, Eduardo Becerra, editor.

“Cada vez única, el fin del mundo”, Jacques Derrida.

“Los antiguos y modernos”, José Antonio Maravell.

“Anémona”, Jamila Medida Ríos.

“La relación crítica”, Jean Starobinski.

“Nox”, Anne Carson.

“Cualquier hombre”, Mario Montalbetti.

La de Soledad viene acompañada de la editora correspondiente. Es un plus. Esta es su lista:

“La belleza del marido”, Anne Carson (Lumen).

“Tiempos recios”, Mario Vargas Llosa (Alfaguara).

“Lluvia fina”, Luis Landero (Tusquets).

“La única historia”, Julian Barnes (Anagrama).

“Océano mar”, Alessandro Baricco (Anagrama).

“La compasión difícil”, Chantal Maillard (Galaxia Gutemberg).

“Historia del silencio”, Alain Corbain (Acantilado).

“Tus pasos en la escalera”, Antonio Muñoz Molina (Seix Barral).

“A pájaros y migas”, Vicente Gallego (Visor).

“Yo, la isla dividida”, José Mármol (Visor).

Basilio Belliard escogió estos títulos:

“La llamada de la tribu”, Mario Vargas Llosa.

“Para combatir esta era. Consideraciones urgentes sobre el fascismo y el humanismo”, Rob Riemen.

“La vuelta al mundo en 80 autores. Conversaciones con los mejores escritores de nuestro tiempo”, Xavi Ayén.

“Poesía reunida”, Wallace Stevens.

“La polis literaria”, Rafael Rojas.

“La poética interior de Octavio Paz”, Diego Martínez Torrón.

“Entre luz y oscuridad. Poesía completa”, Harry Martinson.

“Sueños de lirios. Antología de poetas locos”, Óscar Ayala.

“Rimbaud”, Edmund White.

“La muerte en cuatro”, Natacha Batlle.


Y esta es mi lista:

“Sapiens”, Yuval Noah Harari.

“Tiempos recios”, Mario Vargas Llosa.

“Señales que precederán al fin del mundo”, Yuri Herrera.

“Apegos feroces”, Vivian Gornick.

“El bosque”, Nell Leyshon.

“La biblioteca en llamas”, Susan Orlean.

“Los dilemas de Lenin”, Tariq Ali.

“Todo cuanto amé”, Siri Hustvedt.

“La polis literaria”, Rafael Rojas.

“El planeta inhóspito”, David Wallace-Wells.

Me tomé la libertad de hacer una selección dominicana (licencia tramposa de anfitrión) y seleccioné los siguientes:

“Ideas en conflicto. Diálogo póstumo entre Juan Bosch y John Bartlow Martin”, Leonel Fernández.

“Memorias del siglo”, Ana Mitila Lora.

“Invención de la locura”, Rosa Silverio.

“Yo, la isla dividida”, José Mármol.

“Nosotras, las de entonces”, Margarita Cordero.

“Historia crítica de la ciudad de Santo Domingo”, Cristóbal Valdez.

“La reina de Santomé. Historias de la vida de provincia”, Guillermo Piña-Contreras.

“Los herederos. ADN cultural del dominicano”, Fernando I. Ferrán.

“Memorias de una mula”, Jesús Paniagua.

“Quemaremos los días por venir. Poesía reunida”, Radamés Reyes Vásquez.

A los cuatro, con toda seguridad, nos pasó lo mismo: hubiésemos deseado incluir otros títulos de los autores criollos y de los extranjeros. Siempre sucede. Como podrán ver los lectores, no quise ofrecerle mi selección personal solamente, sino que incluí las de tres lectores sobresalientes, que me superan. Será fácil observar muy pocas coincidencias (aunque hay libros en unos y otros que podríamos suscribir entre los mejores), diferencias notables y, prácticamente, cuatro opciones diferentes a la hora de escoger los mejores libros del 2019.

Los libros están ahí. Hay para escoger...o para desechar. Poesía, novela, ensayo y periodismo literario que anda de moda en el mundo. Usted puede hacer su propia selección y divulgarla por las redes o enviarla a los amigos a quienes desea sugerir una buena lectura para el año que se aproxima o hacer un regalo de Reyes. La lectura siempre será una aventura fascinante. Cuatro lectores ofrecemos aquí, a través de estas raciones, la oportunidad de acercarnos al libro no sólo como un instrumento fundamental del conocimiento, sino como una vía placentera que nos deslumbra, que nos abre las celosías de lo real y de lo imaginable, que nos convierte en seres extrañísimos, tal vez inaguantables, que vivimos una pasión sin aspavientos, sin traqueteos, sin daños colaterales. ¡Feliz 2020... con libros, litros y buena suerte!

José Rafael Lantigua, escritor, con más de veinte libros publicados. Fundador de la Feria Internacional del Libro de Santo Domingo, miembro de número de la Academia Dominicana de la Lengua, correspondiente de la Real Academia Española. De 2004 a 2012 fue ministro de Cultura.