Mi personal biografía
Me gusta recorrer colinas y valles, hondonadas y bosques, cuevas y grutas, desfiladeros y ríos, mares y montañas, y encontrarme con aguas mansas y ramas infinitas, flores y frutos y que mi cuerpo vaya descubriendo lugares protegidos por el tiempo y zonas no desbastadas, para que mi piel y mi mente no tengan historias no narrada, ni convoy de cascos azules que hacen daño. Es que siento mis ojos alegres con imágenes de agua dulce, de “palmeras borrachas de sol”, con ventanas de luna que ningún velo oculta. Los abro y veo lo que quiero ver, los cierro y doy la vuelta para no ver lo imposible.
Mi boca besa, ríe y calla, a veces se torna desafiante y conjura con sus dientes agresivos, pero también en silencio da gracias a la vida. Mis manos que acarician también mezclan el pan con el sudor de la frente para calmar dolores, bordar los sueños y espantar los temores. También son manos que se han cerrado en agresivo cuño. Así, mis pies inquietos con los que he caminado pisando asfalto, ríos, lodos y peñascos, han sido fieles con mis deseos de cada día y mi afán de ir de aquí hacia allá y junto a la mirada ver la vida de cada quien que cruza por mi lado.
Mi vida envuelve todo lo que me pertenece con sus altas y sus bajas, con las aguas bravas de las que debo cuidarme todavía, y con las mansas que me han dado amigos, amigas, familiares, hijo, nieto y hasta personas desconocidas. Con ellas tengo ternuras y tempestades y una completa personalidad biográfica de una vida irrepetible porque una se va al otro lado y va dejando recuerdos que con el tiempo se irán borrando.
Todo esto que cuento me pasa en un espacio ancho y presuroso, unas veces vacío y otras veces lleno de muchas cosas. La vida de cada quien tiene lo mismo y muchas cosas distintas que una no conoce, pero se filtran en la mente, en la memorias, o se van olvidando. ¡Ah la vida... qué cosas tiene la vida! Es cierto que hay batallas, historias desconocidas, guerras que no admiten pactos, ni cruz roja, y donde no se entierran los muertos que van a resucitar. Y a los que entierran los van dejando a un lado y sus habitaciones se pierden en la nada.
Son muchas las cosas y las situaciones que cada persona tiene. Por lo que una biografía personal, como la mía, solo cuenta lo que puede y debe contar.