¿Qué haces con tu memoria?

Con los años la memoria se va haciendo descuidada. Se llega al mundo con la mente en cosas importantes y le recordamos en días importantes. Para cumplir con esta misión es preciso retenerla muchos días, meses y años, por lo cual es indispensable reconocer palabras, emociones, sensaciones, personas, objetos y lugares.

Nuestra vida se cubre de penas y alegrías, de sorpresas y satisfacciones, rencores, romanticismos e intentos de temor. Pero no olvidemos que lo más importante es uno mismo y que el olvido muchas veces es saludable.

Quitarle importancia fracasa la tranquilidad, autoestima y confianza. Rumiar a cada instante el pasado doloroso es un martirio y se va perdiendo agilidad. Los olvidos transitorios entran en la edad. Cada año de aumento con la edad se va borrando la memoria, y hay fármacos que previenen esos males.

Yo escribo en una libretita las cosas que se han olvidado y de pronto las recuerdo. Ja, ja, ja...

Olvidar a veces es felicidad y recordar lo malvado es dolor. Por eso hay que saber penar y hacer que la memoria sea feliz.