¿Llegó tarde la condena?

Luego de 42 reenvíos en cuatro años y 15 días de espera, tiempo en el que Adriano Román y sus sicarios evadieron y se burlaron de todo el engranaje judicial con maniobras retardatarias y chicanas que eternizaron el proceso, se ha producido la condena, y cabe preguntarse si realmente se hizo justicia, por lo tarde que ha llegado. Pero queda el consuelo, y se siente alivio, porque la tragedia del hijo de Negro Veras encarnó las ansias y el derecho de toda la sociedad a vivir sin temor al crimen organizado.