Los pijoteros están perdidos

Lamentablemente, el que no regala está frito...

No todos los políticos dieron, pero todos debieron haber dado, y son muchas las razones. La época se presta para que la solidaridad haga el milagro de la canasta, la funda, la caja y ahora la cubeta.

No solo de pan vive el hombre, pero menos de abrazos, de discursos y de promesas, porque se sabe que son simulados, vacíos e imposibles.

No debe olvidarse, por otra parte, que la política dominicana de estos tiempos es clientelista, y lo es porque si la generosidad no va dos pasos delante de los caballos, estos no caminan y la carreta no se mueve.

Igualmente la costumbre hace ley, y el buen ejemplo debe contagiar; y si da el gobierno, también la oposición; y ningún sector puede excusarse con que la cosa está mala.

El refrán lo dice claro: al mal tiempo, buena cara, y para los políticos nunca el tiempo es malo, y siempre saben, porque va con el oficio, poner buena cara.

Por lo menos en la foto.

Ahora ¿por qué algunos no dieron, si todos sin excepción buscaron y encontraron, como en ocasiones anteriores, el bolsillo dispuesto del amigo que favorece la caridad política? El pijotero difícilmente consiga votos en este país.