Última enseñanza

Las sandalias del pescador calzarán otros pies. El pastor, por amor a sus ovejas, entrega el cayado, pero no las deja indefensas. El prado está tranquilo. El pastor ahuyentó a los lobos. La renuncia no es una huida, sino el descanso después de las dificultades. Benedicto XVI supo responder sin titubeos a los grandes desafíos de su papado, con integridad moral e inteligencia superior encaró problemas no resueltos. Lo hizo con éxito. El sucesor encontrará caminos de menos obstáculos hacia una iglesia más santa. El gesto humilde de su renuncia, sin duda, es también la última enseñanza de su pontificado. hfigueroa@diariolibre.com