El mundo afroantillano en «Majestad negra» de Luis Palés Matos

Todo se conjuga en “Majestad Negra” (1924), uno de los poemas representativos de la llamada poesía afroantillana, negroide o de la negritud

El paisaje antillano, el mito, lo sensual, lo simbólico, lo espiritual, el Caribe con su música y sus instrumentos ancestrales, su danza, su magia y su cultura, la reproducción de los acordes de los tambores africanos, la estructura rítmica del verso lograda mediante el uso de un magistral juegos de palabras y los más variados recursos fónicos del verso español, entre los cuales  la onomatopeya oportuna no podía faltar: todo se conjuga en “Majestad Negra” (1924), uno de los poemas representativos de la llamada poesía afroantillana, negroide o de la negritud, compuesta por uno de los autores representativos de esta expresión poética en la poesía hispanoamericana, el puertorriqueño LUIS PALÉS MATOS (1858/1959)

Al leerlo, percibimos que todos conocemos o alguna vez hemos visto  a “Tembandumba”, representada por cualesquiera de las mulatas que se desplazan exhibiendo sus gracias, sus sensuales movimientos y su “caderamen, masa con masa” por los cálidos senderos de los pueblos antillanos.

MAJESTAD NEGRA

Luis Palés Matos

«Por la encendida calle antillana

va Tembandumba de la Quimbamba

-rumba, macumba, candombe, bámbula-

entre dos filas de negras caras.

Ante ella un congo--gongo y maraca-

ritma una conga bomba que bamba.

Culipandeando la Reina avanza,

y de su inmensa grupa resbalan

meneos cachondos que el congo cuaja

en ríos de azúcar y de melaza.

Prieto trapiche de sensual zafra,

el caderamen, macon masa,

exprime ritmos, suda que sangra,

y la molienda culmina en danza.

Por la encendida calle antillana

va Tembandumba de la Quimbamba.

Flor de Tórtola, rosa de Uganda,

por ti crepitan bombas y bámbulas;

por ti en calendas desenfrenadas,

quema la Antilla su sangre ñáñiga.

Haití te ofrece sus calabazas;

fogosos rones te da Jamaica;

Cuba te dice: ¡dale, mulata!

y Puerto Rico: ¡melao, melamba!

¡Sus, mis cocolos de negras caras!

Tronad, tambores; vibrad, maracas.

Por la encendida calle antillana -

rumba, macumba, candombe, bámbula-

va Tembandumba de la Quimbamba»


El autor es profesor universitario de Lengua y Literatura dcaba5@hotmail.com