Método equivocado

Si los Estados Unidos tuviesen un genuino propósito de cambiar las condiciones de los derechos humanos, del tráfico de drogas y de personas, entre otros temas, el método que utilizarían no sería el de la crítica despiadada.

Por experiencia deben saber que ese método no funciona. Que se consigue más por la persuasión y la amigable reconvención, que con el látigo, sobre todo cuando el latigazo lo dan a un ser que no siente que tiene culpa de lo que pasa.

Esos informes anuales, que lo mejor sería no hacerles el favor de comentar, están destinados a justificar acciones más de política interna que de política exterior. De esos informes se nutren las ONG estadounidenses para justificar su existencia, y muchos congresistas para afianzar sus discursos que pretenden esconder las realidades de casa.

Como la política es acción y no inacción, los gobiernos se sienten compelidos a responderlos, además por aquello de que "el que calla, otorga", pero la realidad es que como dice la sabiduría del pueblo, "insulta el que puede, no el que quiere"...