Niños

La idea de llevar niños a protestar frente al Congreso no parece muy feliz. Aún cuando se trate de justificar la acción con argumentos de tipo medioambiental, educativo, o patriótico, no deja de ser una utilización de los menores.

Los menores -cerca de mil, según los organizadores de la marcha, algunas decenas, según los periodistas- corearon consignas, blandieron pancartas, y entregaron un escrito en contra de la explotación minera en Loma Miranda.

Es obvia la utilización de menores con fines particulares de los organizadores. Sea ésta u otra la causa que se defienda, el sentido común, cuando no los derechos de la niñez, mueven a pensar que las protestas frente al Congreso no son el entorno más adecuado para concienciar a la infancia sobre sus derechos como ciudadanos o la educación cívica y medioambiental que aspiramos para todos nuestros niños y jóvenes, si es que esa era la razón de la marcha organizada por el Padre Rogelio.

Educar a los niños, sí. Sacarlos a la calle a protestar... eso es más delicado.