No la perdamos

El maestro es la escuela. La calidad del producto educativo, el alumno, no puede ser mejor que la materia prima que lo forma, el maestro. El salón de clases más moderno no produce un buen estudiante. La infraestructura física y tecnológica es complemento necesario, pero el recurso humano es imprescindible. La buena escuela será imposible sin el buen maestro. El buen maestro no lo produce un salario breve. La oferta del Ministerio de Educación no alcanza ni para cubrir la canasta básica más pobre. Esta es la oportunidad para ensayar una compensación que atraiga a los mejores. No la perdamos. hfigueroa@diariolibre.com