Cuál tribunal, ¿el callejero?

En estos días corre una idea infernal, la que conduce a un callejón sin salida y a una situación de inestabilidad social de consecuencias insospechadas. Con ella se descalifica per se, sin ofrecer alternativas, a las autoridades legítimas y a los mecanismos de que dispone el ordenamiento institucional. No sirven Danilo ni el Ministerio Público, y de antemano se incurre en la perniciosa práctica de condicionar a la Justicia. Quedaría como válida, entonces, la opción del tribunal callejero, el de los juicios sumarios sin debates ni pruebas. A los que preconizan el imperio de la anarquía, y más si tienen algo que perder, les recuerdo el proverbio: “Yo me reiré de su desgracia y me burlaré cuando les alcance el terror”.