El aliciente de Lima 2019

Como el dominicano en todo comienza con dudas, fue solo cuando avanzaba el calendario de competición que la gente empezó a creer y terminó bien atenta al desempeño de nuestros atletas en los Juegos Panamericanos, y al final se produjo algo que siempre he destacado: el nuestro es un pueblo capaz de unirse alrededor de eventos en apariencia ajenos a sus vicisitudes y a su diario trajinar y ve, para citar un solo oro, a las Reinas del Caribe como algo suyo, que le pertenece y que ama con pasión. La delegación retornó con una sonrisa en los labios, con la frente en alto, con la meta cumplida y con la más importante de las medallas: el orgullo de haber reafirmado que la República Dominicana es auténtica y grande.