El derecho a pensar distinto
Al futbolista Gerard Piqué lo abuchearon y le gritaron cosas desagradables durante un entrenamiento de la selección española porque cometió un delito capital al decir: “Estoy orgulloso del pueblo catalán”. Pero se agigantó al no amilanarse y dar un paso al frente en defensa de lo que cree, gesto a imitar porque en el mundo actual se lapida y descalifica al que disiente de la opinión de la “mayoría” (¿?). Es peligrosa la tendencia de “acribillar” a todo el que se resista a ser un borrego. No hay debates ni chance para rebatir ideas, y emitir juicios que vayan contra la corriente es una acción de alto riesgo. Una pena, porque el miedo a hablar está escrito en las páginas más negativas de la historia de la humanidad.
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