El motor no, el motorista

En las frecuentes redadas policiales y en este momento en los retenes instalados como parte del plan especial que ha llevado a los militares a las calles, “apresan” a los motores hasta que el motorista regularice sus papeles. Hay una obsesión tal con “detener” motores, que un lector sugirió al presidente Medina prohibir su importación por un año para reducir los niveles delincuenciales. Tan práctico que resultaría dejar el motor tranquilo y concentrarse en identificar, chaleco incluido, al motociclista, y regularizar el parque de este tipo de vehículos. A eso que se agregue educación formal y vial, como prerrequisito para empuñar un timón, y lo que restaría es sencillo: aplicar la ley sin contemplaciones.