Generación constitucional

Cuando transito frente a la sede del Tribunal Constitucional, reflexiono sobre el cartel en su techo: “Hacia una generación constitucional”. Es lo que nos falta, pues estamos sobrados de leyes y nos preciamos de una Constitución a tono con el siglo XXI. Hay que crear esa generación, desde la escuela, de ahí mi simpatía por la publicación de la Constitución infantil y de que ésta se imparta como materia en las aulas. De nada sirve una Carta Magna de plena actualidad si hay abulia para su cumplimiento. Por eso se necesita apostar por una nueva generación, sin compromisos con el desorden social-institucional, y que suscriba a Montesquieu en aquello de que “la ley debe ser como la muerte, que no exceptúa a nadie”.