Ignorar al ignorante

A principio de este mes coincidimos varios periodistas en el lanzamiento del proyecto editorial de un colega, y hubo un lamento al unísono: cuánta basura, cuánto desecho, cuánto desperdicio pulula y hace que la profesión apeste. Incluso, uno de los contertulios acuñó un término que debiera patentar, el de “comunicador chatarra”. Pero hubo espacio para convencernos de que no todo se ha perdido, y que hay quienes están haciendo buen periodismo, y que el problema principal radica en medios digitales y redes sociales. Mi consejo fue que no hay por qué mortificarse ni perder la paciencia por la ignorancia e insolencia de gente de gran miseria humana y azotea despoblada, que solo aporta detritus, mucho detritus.