Impronta de presidentes (II)

De Leonel se puede decir que gobernó con mucho del estilo de Balaguer. Con ganada fama de caballeroso y humilde, pragmático y flemático, no introdujo cambios notables en los ritos del poder y lo abandonó, con 12 años de ejercicio, sin fortuna personal y siendo prácticamente la misma persona. ¿Y Danilo? Son 55 meses, tiempo suficiente para caracterizarlo, pero al estar en ejercicio y restarle un período es aventurado un juicio concluyente sobre su austeridad y humildad, por lo que mejor apelo a lo que le dijo Américo Lugo a Trujillo cuando en 1936 le pidió que le escribiera la historia del presente: “Todo cuanto se escribe sobre lo actual o lo inmediatamente inactual, está fatalmente condenado a revisión”.