La alharaca, la polvareda

Visto el hecho y conocido el caso, como diría un leguleyo cualquiera, el affaire por los contratos publicitarios de Joao Santana se va a quedar de ese tamaño. No pasará de ser una alharaca mediática de los que protagonizan esa película; una polvareda que no traerá consecuencias porque lo que prima es un interés político y no un real empeño por transparentar el uso de los recursos públicos. Por la falta de méritos de ese expediente y por el discurso contradictorio de los que lo aúpan, se ha vuelto sal y agua apenas comenzó a debatirse. Una pena, porque con ese “denuncismo” lo que hacen es una caricatura de la lucha contra la corrupción y reducen esa noble causa a un simple escarceo contra predeterminadas personas.