No veo el punto de incompatibilidad de la lucha anticorrupción y las penurias de los inmigrantes de Haití. Por eso sorprende que grupos que tradicionalmente han sido pies de amigos de los haitianos no salen en su defensa, dizque porque lo que ocurre ahora con ellos se trata de un plan para desviar la atención. En ese razonamiento, en ese repliegue de gente que siempre estuvo en primera línea, hay estrechez de miras. No es necesariamente que haya habido claudicación en el nacionalismo haitiano de esos dominicanos. Es que por el momento el apasionamiento enfermizo ha obnubilado el entendimiento de personeros y ONG siempre afines con intereses internacionales contra República Dominicana para favorecer a Haití.