Los menores en conflicto

En las redes sociales ha habido un festín con el caso de la menor golpeada por un adolescente en un centro educativo de Bayaguana, pero se trata de un hecho que tiene que ser tratado con la mayor seriedad posible, por todo lo que representa. Verlo como un simple altercado, en el que se desata la iracundia de un joven, es obviar sus profundas implicaciones sociales. Por eso, de entrada, hay que saludar la iniciativa del Ministerio de Educación de disponer asistencia legal y psicológica a la familia de la estudiante agredida, y pese a que hace apenas unos pocos días el agresor alcanzó la mayoría de edad, eso no lo hace un hombre, por lo que también precisa de ayuda. En los tratados de la ONU hay un punto de partida; un menor que se equivoca y pisa en falso, tiene más posibilidades de caerse definitivamente que de ser rescatado.