Los voluntarios

Si algún examen faltaba, la tormenta Erika fue la prueba definitiva para que los organismos de socorro dieran el grado y despejaran malquerencias. Siempre aparecerá el que lo critica todo, pero el país sabe que cuenta con una maquinaria interinstitucional “aceitada”, que sabe prevenir y orientar, y con un batallón de voluntarios que no cogen titulares ni cámaras, pero que son el alma de los operativos. Mi reconocimiento a esos miles de abnegados hombres y mujeres, por su dedicación y esfuerzo no remunerado.