Luz propia de Hillary

Apenas Bill Clinton dejó la presidencia de los Estados Unidos, los historiadores, sin respetar la falta de perspectiva por la proximidad en el tiempo, empezaron a interpretar cómo sería visto por la posteridad, con un consenso general de que seguiría en la palestra. Entre los vaticinios y las múltiples razones mencionadas para su vigencia, estaba que su esposa era la única primera dama en hacer carrera política. En efecto, ahí vemos a Hillary, mujer curtida en enfrentar escándalos y jugar el papel, en forma excelente, de esposa engañada, a las puertas de una casa que le es bien conocida, hasta donde si bien ha llegado a la sombra de Bill, en lo esencial ha sido con luz propia, que no alumbra mucho, pero es su luz.