Mucho daño a la anticorrupción

Recientemente en un programa de televisión dije algo que al productor, porque lo creyó ilógico, le pareció una herejía. Qué explicaba: que poco a poco la denominada Marcha Verde se fue distanciando de su proclama inicial contra la corrupción y la impunidad, para devenir en palanca de intereses de políticos y de particulares que la manipulan, y la han convertido en un instrumento que hace más mal que bien al propósito que le dio origen. Por qué así: porque en un momento generó ilusiones y la expectativa de algo diferente, pero lo que ha sembrado es descreimiento y desconfianza; porque al transformarse en una maquinaria para perseguir a corruptos predilectos, ha hecho una caricatura y reducido un complejo fenómeno social a un simple escarceo, a una mortificación contra predeterminadas personas.