OEA, Almagro y Nicaragua

En este mes de abril se cumple un año de que la violencia se apoderó de las calles de Nicaragua y de que se desatara una brutal represión que prácticamente ha aislado internacionalmente a Ortega y a su esposa Murillo, quienes en apariencia capean el temporal y avanzan hacia un acuerdo político sin convocar a nuevas elecciones. Si logran algún tipo de compromiso, Luis Almagro, secretario general de la OEA, volverá a quedar mal parado porque en toda crisis se apandilla, como ahora en Venezuela, limitando las posibilidades de que ese organismo hemisférico tenga una incidencia efectiva. Lamento que le reste un año de gestión, porque ese señor es un monumento a la incapacidad, torpeza y a la ausencia de nobleza y grandeza.