Pacto con el pasado

Contrario a la tendencia en América Latina, donde los partidos tradicionales desaparecen o pierden el favor popular, en nuestro país por más que decaen se las ingenian para sobrevivir. Hasta el PLD, pese al desgaste que suponen cuatro períodos y un chin de ejercicio del poder, aparenta grande y estable, a lo que ayuda que no hay nada diferente que motive al pueblo a mirar hacia otro lado. Ni el fracaso del PRD, tres veces gobierno, ni los desastres del PRSC en cinco períodos y medio, han servido para que la ciudadanía se incline por algo distinto. El fallo podría estar en que los “progresistas” no exhiben un discurso propio y pactan con el pasado, con lo que desaceleran el desgaste de la partidocracia tradicional.