Qué dilema tan grande

Desde la Marcha Verde, en la que cohabitan diversos sectores sociales que caminan en unidad de acción, dicen que no es cierto que vayan a convertirse en partido. El problema no radica en que sea partido o no, sino en que tienen que ser algo concreto, específico, medible. Ese dilema marcará su futuro inmediato, por lo que sus promotores están compelidos a dar respuesta a la pregunta de qué hacer después del 16 de julio. Para algunos no tiene sentido seguir con la consigna actual porque no sólo de anticorrupción se puede vivir; para otros es una peligrosa aventura que se intente derribar a Danilo por un camino y con métodos que resquebrajarían el orden institucional. Pero tienen un punto de partida común para iniciar la discusión: para algo debe servir haber marchado tanto.