Reino de los parlanchines

No necesariamente el que mete la pata y la saca pronto queda bien; estos tiempos son rápidos y en un santiamén el embarre puede ser total. Por eso, funcionarios y personas relevantes deben ser comedidos al hablar, o tener a alguien que lo haga por ellos. No lo digo por nadie en particular, sino porque hay personas que ni los asuntos de su incumbencia tratan con propiedad; y también por políticos que sólo gracias a una prensa generosa sus disparates encuentran cabida. Que aprendan de una sabia expresión que sugiere prudencia: por la boca muere el pez. O de otra mejor: en boca cerrada no entran moscas. A esos que hablan de más recomiendo administrar su verbo. El “galloloquismo” no sienta bien a gente tenida por seria.