Si no ahora, ¿cuándo será?

El estruendo del caso Odebrecht ha puesto a muchos a pensar que ahora sí es verdad que se sentará un precedente. La falta de sanción se ha erigido en un baldón que insulta la conciencia nacional; no hay sentencias ni llaves para las celdas de los que roban. Bueno sí, para el infeliz, para el pobre ladronzuelo de barrio, y para el peje grande hay un mar de impunidad en el que se ahogan las ansias de justicia de la ciudadanía. Ojalá con Odebrecht sea el hito y que, como dijo un juez de Brasil cuando metieron presos a ministros del PT, hay millares de condenados por una pequeña cantidad de marihuana y poquísimos condenados por golpes inmensos. ¿Se perderá Odebrecht en las enmarañadas redes de la estructura de poder?